XM25 es un ejemplo de fusil que ha dejado
de serlo para convertirse en un complejo sistema de armamento dotado de
sensores, láseres, control de tiro y una innumerable lista de extras. Foto
CC-BY The US Army.
En la guerra hay un factor
determinante, y es que suele ganar el que posee las armas más avanzadas. Por
este motivo lleva produciéndose una carrera armamentística muy competitiva
desde hace siglos. En la actualidad, inmersos en una revolución tecnológica sin
precedentes, se están desarrollando nuevos y brutales dispositivos para tratar
de lograr esa superioridad en el campo de batalla que todas las naciones
quieren.
Armas no letales
El catálogo de armas, que existe en estos momentos,
incluye innovaciones en todos los campos en los que la ciencia avanza. En el Pentágono,
polo de la industria militar norteamericana, han creado dos nuevas armas para
combatir a los insurgentes y reprimir las manifestaciones multitudinarias sin
víctimas. Se podrían llamar “armas blandas” porque no matan. El hielo plástico
o hielo artificial es una sustancia que se asemeja al plástico y que reproduce
las propiedades del hielo sobre el pavimento. “Se trata de utilizarlo en
ambientes cálidos y áridos como Irak y Afganistán”, según se explica en el
portal de Internet de la Agencia de Defensa de Proyectos de Investigación
Avanzados del Departamento de Defensa (DARPA). El propósito de este material es
reducir la capacidad de movimiento del rival mientras que las tropas
estadounidenses se desplazan sin problemas sobre él, gracias a un agente
desactivador vaporizado en las suelas de las botas y en los neumáticos de los
vehículos. La DARPA argumenta que esta arma “reduce la capacidad de nuestros
adversarios para perseguirnos, y da tiempo a nuestros combatientes para actuar
en lugar de reaccionar”.
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